En una estación de subte tuve la (desagradable) sorpresa de encontrarme con una vitrina llena de imáegenes de cerámica de africanos mezclados de manera algo incomprensible con otras de monos antropomorfizados (?)
Estas imágenes estereotípicas antiguas se mezclan con o sobreviven a pesar de (o quizás debido a) la enorme cantidad de africanos (de las ex-colonias) que uno encuentra actualmente en París. Al tomar el tren que va del aeropuerto a la ciudad (el RER) me subí sin querer al lento en vez del expreso . Esto significó un viaje más largo, ya que paraba en todas las estaciones, pero fue muy interesante ver cómo el noventa por ciento o más de los pasajeros que circulaban entre las estaciones de los suburbios del norte de París eran todos africanos. Había una señora francesa de edad que desentonaba absolutamente con el resto del pasaje. La segregación espacial que hay en la ciudad se nota, sin embargo, en el hecho de que entrando en París ya casi no había africanos en el tren, y luego tampoco se ven demasiados en las estaciones de subte de la ciudad.
Salvo que uno vaya el domingo a la tarde a la estación Chateau Rouge, y camine por el barrio Barbés. Atrás de la avenida principal hay una calle que tiene varias tiendas que venden productos africanos de los más diversos: desde cucharas de madera muy rústicas y otros implementos de cocina del mismo tipo hasta cassettes o videos de música africana -casi nada de cds o dvds-. Todo muy para inmigrantes, debo advertir, nada para turistas en busca de memorabilia africana. También hay muchos negocios de artículos religiosos musulmanes que venden el Corán y conferencias grabadas de doctrina y teología dictadas, supongo, por conocidos Imanes. Otros venden telas de las que utilizan las mujeres africanas para sus vestidos, que en realidad están estampadas en Holanda y ahora son vendidas mayormente por inmigrantes árabes. Fue interesante ver, para alguien acostumbrado a representaciones brasileras de la africanidad, lo poco africano que parecían los diseños de las telas. Nada de buzios, por ejemplo, omnipresentes en las ropas "africanas" que se hacen o venden en Brasil. Sin duda, distintas marcas de africanidad.Vi otras marcas africanas en la ciudad (de las muchas que debe haber): un puesto de máscaras y tallas africanas bellísimas en una feria barrial en medio del Quartier Latin, muchos cds y dvds de música africana en todas las grandes tiendas de discos (qué envidia!) y el rico acervo antropológico del musée du Quai Branly, el nuevo y espectacular museo de antropología de la ciudad, cerca de la torre Eiffel. Es interesante, a la luz de esta pequeña experiencia parisina, ver cómo nuestro Abasto también se está, poco a poco, africanizando. Pero los inmigrantes que allí se ven son todos hombres solos y casi no usan ropas africanas -como muchos de los parisinos. Supongo que ni ellos se animan a enfrentar estas máquinas licuadoras de etnicidad que son la burla y la ironía porteñas...
jueves, 27 de marzo de 2008
Menúes Colonialistas
En un vuelo a París el año pasado las azafatas de Air France repartían estas postales con el menú que iba a ser servido. Me llamó la atención la referencia a Africa en una aerolínea francesa y sin duda a una época en la cual varios países africanos todavía eran sus colonias. Esta inesperada irrupción de un supérstite imaginario colonialista me pareció poco "políticamente correcta" para una gran empresa -aunque sin duda la corrección política francesa no es igual a la norteamericana-. También que continuaran utilizando imágenes tan estereotípicas como la manada de elefantes.. Pero este menú no es la única muestra de los imaginarios colonialistas.
En París son muy comunes las imágenes de Banania, una especie de quaker francés, en venta en los negocios de afiches y postales (otro día volveré sobre este personaje....).